El riesgo de contacto eléctrico directo o indirecto deriva de la utilización de máquinas en estado deficiente (cables pelados, conductores eléctricos desnudos, tapas retiradas, etc.), equipos indebidamente conectados (sin clavija o conectados sin toma de tierra), etc.
Las consecuencias pueden ser lesiones leves (calambres, contracturas musculares), graves e incluso mortales (quemaduras internas, asfixia, fibrilación ventricular).