Este riesgo puede darse en espacios interiores en los que el aire no sea de buena calidad (sin las características termohigométricas adecuadas). Los principales focos de contaminación están relacionados con un funcionamiento incorrecto de los sistemas de ventilación/climatización (filtración, refrigeración, humidificación, etc.). O también por la falta de un programa de mantenimiento adecuado.