En España somos pioneros en el uso de las energías renovables. Entre ellas destaca la energía mini eólica, basadas en un molino eólico encima de un edificio cuya producción puede llegar a suplir el 90% del uso de energía en un hogar.
Algunas empresas ya buscan acercarse al ciudadano, ofreciendo esta solución por unos 5000€ (aproximadamente), incluyendo incluso financiación completa. Incluso algunas compañías combinan los molinos eólicos con placas solares para sacar la mayor producción posible de energía.
Aunque su coste sea asequible y sus ventajas sean muchas, este tipo de tecnología no triunfa entre los hogares españoles, y es a causa de la regulación normativa del sector. El pasado 2015 se publicó un Real Decreto de Autoconsumo, el cual debe cumplirse por ley. En él se especifican una serie de condiciones:
- Puedes usar tus instalaciones para autoconsumo, pero tienes un limite máximo de kW, en caso contrario debes estar asociado a alguna instalación de producción, a la cual le envías la electricidad generada y él te devuelve parte.
- Ambos casos tienen impuestos, unos fijos y otros variables en función a la energía generada, incluyendo el controvertido “impuesto al sol”.
- En caso de realizar autoconsumo, puedes utilizar baterías de acumulación, pero con unos impuestos adicionales.
- Debe haber en todo caso dispositivos de medida de la energía producida.