2.4. Conducir con Fatiga y Sueño.

La fatiga se relaciona con el 20-30% de los accidentes de tráfico. Su principal causa es conducir sin descanso durante demasiado tiempo. 

A continuación te vamos a mencionar algunos de los factores más frecuentemente relacionados con la fatiga al volante. Conocerlos te ayudará a entender mejor cómo actúa este factor de riesgo y, por supuesto, cómo prevenir sus peligrosos efectos.

En general, va a potenciar los efectos de la fatiga todo aquello que: disminuya el número de descansos o los haga inadecuados, haga más difícil la conducción o aumente la concentración necesaria para circular, aumente la monotonía del entorno o de la tarea, haga más incómoda la conducción, o altere el estado psicofísico del conductor.

Factores Externos; la vía y el entorno:

  • Circular por una vía con una elevada densidad de tráfico, en la que te ves sometido a frecuentes retenciones y paradas, requiere aumentar la atención y la concentración necesaria para circular, lo que puede potenciar la fatiga.
  • Conducir por una vía poco conocida hace que tengas que estar muy atento a todo lo que te rodea durante todo el trayecto.
  • Algunos tipos de firme, o si este está mal conservado, hacen vibrar en exceso tu vehículo, por lo que la conducción será más incómoda, difícil y cansada.
  • Las condiciones climatológicas adversas, como la niebla, la lluvia, la nieve o las luces del amanecer y el atardecer, hacen más difícil la conducción y te obligan a mantener un mayor nivel de atención.

Factores del Vehículo:

  • Una mala ventilación o una temperatura elevada en el interior del vehículo pueden hacer más incómoda la conducción o incluso alterar el estado del conductor (por ejemplo, el calor puede ponerte irritable).
  • Una iluminación deficiente, si circulas por la noche, puede hacer más difícil la conducción y requerir de ti un mayor nivel de atención sobre la conducción y aumentar la fatiga.
  • El mal estado del vehículo, como por ejemplo un ruido excesivo del motor o las vibraciones por defectos en la dirección o en la suspensión, pueden hacer que la conducción te resulte incómoda y más difícil.
  • Un diseño poco ergonómico del asiento o de otros elementos interiores del vehículo puede hacer más incómoda y más difícil tu conducción.

Factores del Conductor:

  • Conducir durante largos periodos, no parar a descansar o hacerlo de una forma insuficiente o inadecuada, son las principales causas de fatiga al volante.
  • La prisa por llegar o mantener una velocidad excesiva durante mucho tiempo exige de ti una mayor concentración en la conducción y puede alterar tu estado psicofísico.
  • Conducir estando ya fatigado por las actividades realizadas antes de coger tu vehículo implica no descansar adecuadamente y altera tus capacidades para conducir.
  • Conducir con hambre o bajo los efectos de la somnolencia hacen que el conductor tenga que hacer un mayor esfuerzo al conducir.
  • El alcohol, las comidas copiosas, las enfermedades (como un simple resfriado) o el estrés alteran el estado del conductor y pueden hacer más incómoda la conducción.
  • Los cambios en los hábitos normales de conducción (por ejemplo, conducir de noche cuando no estás acostumbrado a hacerlo) exigen un mayor esfuerzo en la conducción.
  • Las posturas inadecuadas en el asiento hacen también incómoda y más difícil la conducción.
  • Los conductores noveles, al no haber automatizado todavía muchos de los procesos implicados en la conducción, han de concentrarse de manera más elevada en ellos y se fatigan con mayor facilidad.

La somnolencia interviene, directa o indirectamente, en entre el 15 y el 30% de los accidentes de tráfico en España. Sus efectos no sólo se manifiestan por la noche, sino que también son muy numerosos los accidentes diurnos en los que la somnolencia es un factor implicado.

¿Cómo evitar los accidentes debidos a la somnolencia?

Para prevenir el sueño al volante, lo mejor es mantener unos hábitos de descanso adecuados. Una vez que este ha aparecido, lo más seguro es tener en cuenta las recomendaciones siguientes:

  • Las horas más peligrosas para conducir son entre las 3 y las 5 de la mañana y entre las 2 y las 4 de la tarde.
  • Evita los trayectos largos, especialmente si no estás acostumbrado a ellos o si son por la noche.
  • Interrumpe siempre la conducción cada 2 horas o cada 200 km. Estas pausas serán de al menos 20-30 minutos. Sin embargo, si te encuentras en condiciones desfavorables (conducción nocturna o niebla, fatiga, etc.) para con mayor frecuencia.
  • Ventila adecuadamente el interior del vehículo.
  • Debes procurar no escuchar música relajante en aquellos momentos en los que es más probable sufrir los efectos de la somnolencia.
  • No tomes comidas copiosas ni alcohol cuando tengas que conducir.